Después de la maratónica agenda de la mañana del 9 de Marzo, en la cual el presidente Hugo Chávez Frías incluyó almuerzo con la pareja presidencial argentina y una reunión en privado con el mandatario sureño en donde discutireron principalmente sobre la construcción de un mundo multipolar y la solidaridad entre los pueblos hermanos.
El presidente Hugo Chávez Frías decidió cancelar el resto de su agenda por motivos de salud. Guardando así todas las energías necesarias para asistir a la actividad organizada por la asociación Madres de Plaza de Mayo en el estadio de fútbol Ferrocarril Oeste.
Tanto las Madres de Plaza de Mayo como el presidente Chávez, buscan a través de este acto reafirmar las banderas de la solidaridad pueblo a pueblo y estrechar filas para avanzar hacia el socialismo del Siglo XXI que encarnan la Revolución Bolivariana y los luchadores populares de todo el continente. Siendo la consigna ¡Fuera Bush, y el Imperialismo!
De esa forma, tal y como estaba pautado un poco después de las siete de la noche hicieron la gran entrada al estadio la representante de la organización Hebe Bonafini y su invitado estrella el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. La emoción se sentía, el socialismo latía dentro del público, consignas, gritos, cánticos. Una marea roja, plagada de un sin fin de afiche y pancartas que demostraban apoyo. Según los organizadores la concentración fue de más de 32 mil personas (dentro de un estadio de capacidad total para 22 mil). Una palestra pública digna de nuestro primer mandatario.
Luego de los Himnos, y la debida presentación de la anfitriona en donde nos recordó el “increíble hombre” que es nuestro Presidente, y lo trascendental de sus palabras, Hebe se sentó junto a la familia presidencial venezolana. Acto seguido, Hugo Chávez tomó el micrófono e inicio su coloquial y largo discurso que tanto lo caracteriza. Vestido de su tradicional color rojo y con el puño izquierdo arriba comenzó a defender el socialismo y el proyecto del sur. Por ello, no perdió el tiempo y se embistió de frente a la Casa Blanca; que casualmente se encontrada de gira al otro lado del río en Uruguay.
El primer tiempo se basó en recordarle a la opinión pública las atrocidades históricas de los gobiernos anglosajones, colocarle nuevos adjetivos calificativos al presidente George W Bush y devolverle sus limosnas a los “gringos”. En el segundo nos sirvieron un pastiche histórico de Latinoamérica Bolívar, San Martín, Allende, O´Higgins, Artigas, Triravente, Abraudelima, Miranda, Antonio Laviño, Manuela Sáenz, Catari, Pancho Villa, El Che, Perón y Evita, Doroteo Arango, Emiliano Zapata, Juan Carlos Preste y Fidel Castro que no puede faltar en la mesa revolucionaria. Durante las dos horas de discurso el Presidente enfatizo y reitero el socialismo del XXI y los asistentes parecieron certificarlo. Siempre dejando de manera clara que él, Kirchner y sus políticas son consecuencia de desastres anteriores.
A pesar de que el acto contó con el apoyo logístico del gobierno argentino, no se observaron Ministros o primeras líneas de mando que hicieran suponer el apoyo del Presidente argentino al retórico discurso de presidente Chávez en contra de la Casa Blanca.
Y de esa forma pasaron los minutos, entre emoción y euforia de los asistentes, pero, al igual como se acaba una canción, se acabó el discurso y poco a poco los asistentes abandonaron la pista. Se callaron las voces y la euforia bajo, muchos retornaron a sus hogares y otros nos fuimos a bailar tango. Según los porteños el tango es un sentimiento triste que se baila.
El presidente Hugo Chávez Frías decidió cancelar el resto de su agenda por motivos de salud. Guardando así todas las energías necesarias para asistir a la actividad organizada por la asociación Madres de Plaza de Mayo en el estadio de fútbol Ferrocarril Oeste.
Tanto las Madres de Plaza de Mayo como el presidente Chávez, buscan a través de este acto reafirmar las banderas de la solidaridad pueblo a pueblo y estrechar filas para avanzar hacia el socialismo del Siglo XXI que encarnan la Revolución Bolivariana y los luchadores populares de todo el continente. Siendo la consigna ¡Fuera Bush, y el Imperialismo!
De esa forma, tal y como estaba pautado un poco después de las siete de la noche hicieron la gran entrada al estadio la representante de la organización Hebe Bonafini y su invitado estrella el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. La emoción se sentía, el socialismo latía dentro del público, consignas, gritos, cánticos. Una marea roja, plagada de un sin fin de afiche y pancartas que demostraban apoyo. Según los organizadores la concentración fue de más de 32 mil personas (dentro de un estadio de capacidad total para 22 mil). Una palestra pública digna de nuestro primer mandatario.
Luego de los Himnos, y la debida presentación de la anfitriona en donde nos recordó el “increíble hombre” que es nuestro Presidente, y lo trascendental de sus palabras, Hebe se sentó junto a la familia presidencial venezolana. Acto seguido, Hugo Chávez tomó el micrófono e inicio su coloquial y largo discurso que tanto lo caracteriza. Vestido de su tradicional color rojo y con el puño izquierdo arriba comenzó a defender el socialismo y el proyecto del sur. Por ello, no perdió el tiempo y se embistió de frente a la Casa Blanca; que casualmente se encontrada de gira al otro lado del río en Uruguay.
El primer tiempo se basó en recordarle a la opinión pública las atrocidades históricas de los gobiernos anglosajones, colocarle nuevos adjetivos calificativos al presidente George W Bush y devolverle sus limosnas a los “gringos”. En el segundo nos sirvieron un pastiche histórico de Latinoamérica Bolívar, San Martín, Allende, O´Higgins, Artigas, Triravente, Abraudelima, Miranda, Antonio Laviño, Manuela Sáenz, Catari, Pancho Villa, El Che, Perón y Evita, Doroteo Arango, Emiliano Zapata, Juan Carlos Preste y Fidel Castro que no puede faltar en la mesa revolucionaria. Durante las dos horas de discurso el Presidente enfatizo y reitero el socialismo del XXI y los asistentes parecieron certificarlo. Siempre dejando de manera clara que él, Kirchner y sus políticas son consecuencia de desastres anteriores.
A pesar de que el acto contó con el apoyo logístico del gobierno argentino, no se observaron Ministros o primeras líneas de mando que hicieran suponer el apoyo del Presidente argentino al retórico discurso de presidente Chávez en contra de la Casa Blanca.
Y de esa forma pasaron los minutos, entre emoción y euforia de los asistentes, pero, al igual como se acaba una canción, se acabó el discurso y poco a poco los asistentes abandonaron la pista. Se callaron las voces y la euforia bajo, muchos retornaron a sus hogares y otros nos fuimos a bailar tango. Según los porteños el tango es un sentimiento triste que se baila.
2 comentarios:
Cristina. Yo también pienso incorporarme a tu club de fans en un futuro cercano, cuando seas famosa y le quites el puesto a Martha Colomina. En relación a esta crónica, vuelvo a reiterarte la excelencia en tu escritura. Sin desperdicio. Un solo detalle: Hubiera sido conveniente un "cierre" hipotético, como a los que nos tiene acostumbrados Beatriz.
Hola :)
Publicar un comentario